Chachita

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jueves, 28 de noviembre de 2013

Agradecmientos


Agradecemos a cada uno de nuestros invitados por confiar en los sabios de Chahcita. 
Esperamos tengan una vida llena de éxito.











Despedidas

Las despedidas son experiencias de desprendimiento que tenemos que transitar todos:
las distintas etapas de la vida; el fin de la escuela, un cambio de trabajo y también por qué no, el exilio.
Las lágrimas son un consuelo pero luego hay que atravesar el proceso de duelo, que se expresa con negación, bronca, desesperación, tristeza y dolor hasta que se logra la aceptación, que es cuando se puede incorporar esa falta y hacerla propia como parte de la vida, que será lo que permitirá comenzar una experiencia distinta.
El adiós a algo o a alguien querido produce angustia, tristeza y dolor, pero no podemos permanecer bloqueados, aferrados a lo que ya fue, porque siempre es posible vislumbrar el futuro a través del dolor que nos causan las pérdidas.
Todos tenemos la capacidad de elaborar emocionalmente las ausencias y las despedidas, de sentir profundamente el dolor y de transformarlo en un nuevo impulso para vivir una nueva etapa de la existencia; porque cada final señala también un nuevo comienzo y tiene en sí mismo el potencial para el renacer; y es el proceso de adaptación que necesitan los cambios.
Todas las despedidas son diferentes, porque dependen del grado de compromiso afectivo que se ha tenido con el ser querido o con la experiencia que se ha extinguido.
Cualquier final nos recuerda nuestra mortalidad; como el final del verano, de un viaje, de una relación, de un espectáculo o de una fiesta, porque con cada final también nos morimos nosotros un poco por dentro.
Cuando una pérdida se lleva con ella las ganas de vivir del otro, puede que no se sienta capaz de crear nuevos vínculos ni de aprender a tener nuevamente confianza en la vida.
Sin embargo, no hay que olvidar que la vida es una danza de encuentros y de despedidas, de cosas ganadas y de cosas perdidas, como si esa experiencia repetida de separación nos quisiera enseñar a vivir desprendidos y a soltar, dejar ir, sin aferrarnos a lo conocido.
Las pérdidas nos provocan culpa, porque de algún modo nos sentimos responsables. Tal vez no hicimos todo lo que podíamos haber hecho, o fuimos demasiado confiados, imprudentes, insensibles y despreocupados como para haberla evitado; y la omnipotencia de creer que podemos controlarlo todo nos hace sentir frustrados y enojados.
Cada experiencia de pérdida ataca nuestra autoestima, sentimos que no estuvimos a la altura de las circunstancias, que de algún modo no cumplimos con nuestra obligación, que fallamos.
Cada pérdida revive antiguas despedidas y la elaboración del duelo depende de cómo hayamos elaborado nuestras primeras experiencias de desprendimiento.
No siempre el dolor por la desaparición física de un ser cercano expresa el amor que los unía, a veces, en los duelos patológicos que suelen durar mucho tiempo, lo que genera el dolor es la culpa por la hostilidad que sintieron hacia él cuando vivía, generalmente aquellos que tuvieron que cuidarlo mientras estaba enfermo.
Tener conciencia de que todo alguna vez termina y de que el que ha nacido también tiene que morir algún día, permite valorar más a las personas y a las cosas y disfrutar más de la vida.
Los que cuentan con recursos espirituales, transitarán las experiencias de separación definitiva con la esperanza de reencontrarse tal vez en otra vida; porque la creencia en la trascendencia ayudan a vivir, a tener más fortaleza en las despedidas y a vivir la experiencia de la muerte con aceptación y entrega.
Fuente: “LNR”; “Cómo decir adiós”; Eduardo Chaktoura, 


Lee todo en: Las Despedidas | La guía de Psicología http://psicologia.laguia2000.com/psicologia-existencial/las-despedidas#ixzz2lyCGxlBi

jueves, 7 de noviembre de 2013

La virgen presionada

Les dejo uno de nuestros ultimos programas.
Recuerden que aceptamos comentarios y sugerencias.
TODOS SOMOS CHACHITA

El sexo no debería doler demasiado la primera vez, pero definitivamente puede doler si en realidad no estás lista para hacerlo.



Para algunas chicas, perder la virginidad puede ser algo muy doloroso, pero para muchas otras, no es así. De igual manera, no todas las mujeres sangran en su primera vez.
El sexo puede dolernos por una membrana delgada y frágil llamada himen. Algunas veces, el himen debe romperse para permitir la entrada del pene en la vagina. Esto puede causar dolor y sangrado. El himen no siempre se rompe al contacto con el pene, pudo haberse roto por alguna otra actividad que no esté relacionada con el sexo. Además, algunas mujeres carecen de himen.
Ponerte nerviosa sobre tu primera vez puede hacer que aprietes los músculos, lo que hará todo más difícil. Otro factor súper importante es que debes estar suficientemente excitada y tú y tu pareja deben tomarse el tiempo necesario para besarse y tocarse antes de pasar a lo demás.
Si tu cuerpo no está preparado, no existirá la lubricación necesaria para permitir la entrada del pene en tu vagina y esto puede ser algo extremadamente doloroso.
La primera vez que practiques el coito, debes esperar hasta estar totalmente excitada y lubricada, e ir lentamente. Si estás experimentando dolor, dile que vaya un poco más lento, que no entre tan profundamente o que se detenga unos segundos hasta que te sientas mejor.
Si te quiere y le importas, escuchará lo que le digas y se preocupará por tu bienestar y comodidad. Recuerda que él no puede leer tu mente y que si estás experimentando dolor, la mejor manera de que él lo sepa es decírselo.
El sexo es una actividad que puede tomarte mucho tiempo perfeccionar, así que no te desanimes si tu primera vez no fue todo lo que esperabas. La clave está en la práctica (utilizando siempre protección) para que poco a poco puedas sentir más confianza al estar en la intimidad con tu chico. Recuerda siempre usar condones y, de ser posible utiliza un lubricante a base de agua para permitir la lubricación adecuada del conducto vaginal.
Es importante que tu primera vez sea con alguien que te quiere y te respeta. Alguien que se detenga cuando le digas que estás sintiendo dolor y que no tenga problema en pasar tiempo preparando el ambiente hasta que estés suficientemente lubricada y preparada para la penetración. Los chicos suelen apresurar un poco las cosas a la hora del sexo, así que espera a estar con alguien en quien confías y que está dispuesto a tener esta aventura a tu lado.
A final de cuentas, si tener sexo te está causando demasiado miedo, lo más probable es que no estés completamente lista para hacerlo. Tener sexo es una gran responsabilidad que no debería tomarse a la ligera. Cuando estés totalmente preparada, tu cuerpo lo sabrá y no te sentirás nerviosa al respecto.
SRA 

martes, 8 de octubre de 2013

¿Cómo reconocer a los verdaderos amigos?

Proverbios 17:17 dice: "En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia." Esto nos señala una característica fundamental de un verdadero amigo: la fidelidad. "En todo tiempo ama el amigo".
La amistad –como todas las cosas verdaderas– no se halla en el mundo. O difícilmente. La amistad en el mundo suele sustentarse sobre intereses particulares, sobre conveniencias. La verdadera amistad, en cambio, es una confraternidad. Es decir, es la relación "de hermanos" que se produce entre personas sin parentesco de sangre.
Este es el "amor fraternal" que Pedro pone casi al final de la escalera de las virtudes cristianas (2 Ped.1:5-7). Es el amor de hermanos que da su característica a la iglesia de Filadelfia.
Ahora bien, una de las características de este amor es su fidelidad. Este amigo no te abandona en el día malo, o cuando tú ya no eres próspero. No te desconoce cuando has perdido tu buena posición económica. Al contrario, este amigo fiel te levanta cuando has caído, y te socorre en la aflicción. "Es como un hermano en tiempo de angustia." Precisamente es en el dolor es cuando la amistad es probada. Si es verdadera, el tal amigo será más noble, más desinteresado, y más generoso precisamente en ese momento.
Otros rasgo que caracteriza al verdadero amigo está dado en Proverbios 27:6: "Más se puede confiar en el amigo que hiere que en el enemigo que besa" (Versión Popular). El verdadero amigo "hiere". ¿Qué significa eso? Que el verdadero amigo nos dirá la verdad aunque nos duela. Nos sacará de nuestro engaño, nos derribará de nuestras presunciones, pondrá una nota de cordura en nuestros momentos de necedad. El verdadero amigo se expone, incluso, a ser incomprendido, pero por causa de que su amor es altruista y desinteresado, dirá la verdad, aunque duela.
Los falsos amigos nos adulan, nos palmotean la espalda, sólo con el fin de obtener algún provecho. Es preciso estar apercibidos contra tales artimañas, para no caer en el engaño.
El Señor Jesús es el mejor amigo del hombre. El dijo a los discípulos: "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer" (1 Juan 15:15). El murió por todos los hombres, para salvarlos de la condenación eterna. Esa es la prueba de amor genuino. Pero, aun más allá, a sus íntimos, a los que le han recibido y le aman, Él los honra tremendamente al declararlos sus amigos. Estos deberían sólo conocerle como Señor, porque no olvidan su pequeñez, sin embargo, ellos saben en lo íntimo de su corazón que, si hacen su voluntad, pueden considerarle su amigo. ¿No es maravilloso?
Juan 13:1 dice: "Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin." Esta última frase puede traducirse también "hasta el extremo", o "hasta lo sumo").
El verdadero amigo ama hasta el fin, hasta lo sumo. ¿Qué significaba eso para el Señor Jesús? Amar a sus amigos hasta dar la vida por ellos. "Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos" (Juan 15:13). Este es el verdadero amor fraternal. Teniendo este ejemplo sublime, podemos ver si calza con él cualquier otra forma de supuesto amor o amistad. Habiéndolo probado en nuestra propia vida, podremos distinguir claramente cuál es el la amistad verdadera, y cuál no lo es.

domingo, 29 de septiembre de 2013

¿Por qué se da la infidelidad?

Las estadísticas de los infieles

1. No se trata de lo físico: si preguntaras a veinte personas que fueron infieles, te dirían que sus parejas formales son más atractivas físicamente que las personas con las que les fueron infieles, según Noel Biderman, CEO de la compañía que maneja la red social de infieles Ashley Madison.
2. La realidad VS la creencia popular: las personas creen que 44% de los hombres casados y 36% de las mujeres casadas son infieles, según un estudio realizado por Ragnar Beer, un psicólogo de Goettingen. El mismo estudio demostró que la realidad es que sólo el 28% de los hombres casados y 18% de las mujeres casadas lo son (o admiten serlo).
3. Más dinero más probabilidad: la mayoría de las estadísticas demuestran que los hombres son infieles con mayor frecuencia que las mujeres, pero también se sabe que los hombres con dinero tienen más probabilidad de serlo que aquellos que tienen problemas económicos.
4. No es cosa de una noche: sólo 12% de las mujeres infieles y 15% de los hombres casados tuvieron aventuras de una sola noche. Casi el 60% de las personas que respondieron el estudio de Beer declararon que la aventura duró más de un mes.
5. Infieles ilegales: en los estados norteamericanos de Michigan, Minnesota y Carolina del Sur, ser infiel es ilegal. Por supuesto, esta ley normalmente no es aplicada.
6. Emocional VS física: 65% de las mujeres encuestadas se sentirían más tristes si su pareja se enamorarade alguien más, mientras que el 53% de los hombres se sentirían más tristes si su pareja tuviera sexo con alguien más.
7. Sin culpa: aunque el 71% de los encuestados declararon que no está bien ser infiel, dos tercios de los encuestados declararon que no se arrepentían de haberlo hecho.
8. No es cuestión de felicidad: 56% de los hombres que tuvieron affairs dijeron que en el momento se sentíanfelices con sus matrimonios, y 34% de las mujeres infieles declararon lo mismo.
9. Los daños: 19% de las personas que fueron víctimas de infidelidad terminaron sus relaciones en el momento en que se enteraron de la traición, y 22% rompieron con sus parejas poco después porque la relación no pudo recuperarse.
10. Las buenas noticias: en una  encuesta a personas que no fueron infieles, el 75% declaró que se sentían demasiado enamorados como para siquiera considerar ser infieles, y el 68% dijo que no serían infieles porque no querían arriesgarse a perder a su pareja.